Él insistió tanto en que le permitiera entrar en mi vida,
que rellenó con oro las grietas de mi alma y corazón
y ablandó mi dureza de adentro hacia afuera con ese amor que pocos sienten y demuestran,
porque poco a poco en su perseverancia logró ver mis sentimientos,
aquellos que sin poderlos retener salían de mis heridas buscando refugio en él, porque las huellas dolor es lo que demuestran que soy humana con capacidad de amar.
Y mi alma logró sentirse desde entonces feliz,
como una niña he sonreído,
viviendo emociones que creí extintas.
He vuelto a sentirme viva de nuevo.
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Blog de Fanny Santiago 